La Dulcería Luis Avelli, que ocupa desde hace más de un siglo la misma ubicación en la que Ricardo Avelli Jordi la fundara en 1906 tras emigrar desde Cataluña, no solo atesora la valiosa tradición de una familia de pasteleros, sino que forma parte de la memoria de Oliva de la Frontera. Siempre a la vanguardia de la técnica y la sociedad, endulzó la vida de los oliveros en primer lugar y, luego, sucesivamente, la cohesionó en torno a la única cafetería de la zona en ver con naturalidad la presencia de mujeres y hombres, la refrescó con su heladería y su fábrica de nieve, la llenó de ritmo con su propia orquesta, la animó con sus famosas fiestas de Nochevieja, Carnaval y Feria, y la alegró con las primeras instalaciones del pueblo en celebrar bodas tal y como se conciben hoy en día. En la actualidad, tras llevar el negocio al siglo XXI, Luis Avelli Matamoros y Encarnación Cruz Macías prosiguen desde su obrador la incansable labor artesanal de las dos generaciones que les precedieron mientras prepararan, llenos de esperanza, el siguiente relevo.